Invitación exposición “Sound and vision”. Estudio rfa. 22marzo 2012


Sound and Vision

Estudio rfa

22 marzo 2012

La colaboración entre Rafael Fernández y Mind Revolution surge de una misma forma de entender el acto creativo como resultado de un proceso mental intenso. El lenguaje de Rafael Fernández va más allá de la plástica y del propio arte que lo enmarca, siendo su pintura el vehículo para un fin místico tras un largo ejercicio de meditación a través de sus propias vivencias personales y fuentes de inspiración intelectual. Para Mind Revolution la creación es siempre un medio de experimentación y aprendizaje, vinculando sus proyectos a otras artes e intentando abrir los límites y encasillamientos tradicionales a favor de una obra que “revolucione nuestras mentes” y nos haga reaccionar. Sus fuentes de inspiración más directas parten, en ambos casos, del mundo de la literatura y el pensamiento escrito.

Estudio rfa se convierte así en un lugar de investigación abierto a la búsqueda de una nueva relación entre música y pintura.

La simbiosis debía partir de un procedimiento musical que utilizara las mismas premisas que el método pictórico de Rafael Fernández, según el cual, tras el acto físico y material de preparación del lienzo se pasa de inmediato a otra dimensión vital de meditación en la que el artista visualiza las imágenes que brotan de sus cuadros de forma espontánea. Los puntos de unión necesarios para empezar el proceso creativo se encontraron en el método de música Generativa popularizado por Brian Eno a partir del sofware Koan de SSEYO Ltd. Tras elegir minuciosamente los parámetros introducidos en el programa informático, la música va creando unos paisajes sonoros siempre de manera diferente y sin que la mano del compositor interceda drásticamente. De este modo se pasa del acto físico y material de preparación de música y lienzo a la dimensión de meditación y convivencia en la que los artistas dedican toda su energía a la influencia que sus pensamientos, conversaciones y confidencias puedan tener sobre la obra resultante.

Teniendo en cuenta la esencia de ambos lenguajes, los colores y los tonos musicales debían caminar conjuntamente en la medida de lo posible. Este era un tema sobre el que Rafael Fernández llevaba investigando desde hace años con unas teorías ya bien definidas y que también había sido revisado repetidas veces por Mind Revolution a través de la relación de la música con el fenómeno de la Sinestesia que ha dado lugar a métodos compositivos originales a lo largo de la historia.

A partir de aquí se decidió celebrar una serie de cuatro sesiones de trabajo conjunto que definirían las tres etapas de formación de la obra: Preparación (sesión 1), Desarrollo (sesiones 2 y 3),  y Exposición (sesión 4).

En la primera sesión se procedió  al ritual de preparación y vertido de los pigmentos sobre el lienzo mientras se generaba en directo la primera pieza musical. La unión de color y tonalidades musicales se estableció de acuerdo a la correspondencia de ondas entre luz y sonido, de modo que a cada una de las siete notas naturales de la escala le corresponde uno de los siete colores del espectro de la luz. También se tuvieron en cuenta otros elementos imprescindibles como el silencio, equivalente a la ausencia de color (negro), o la simultaneidad de las siete notas naturales  (tonalidad de Do mayor) equivalente a la unión de todos los colores (blanco).

En la segunda sesión se grabaron aquellos sonidos presentes en el ambiente del Estudio y otros que forman parte del ritual de preparación de la obra pictórica, tales como el sonido del vertido del agua sobre el lienzo o el que se produce cuando es hervida para facilitar la mezcla con el pigmento. Este fue otro momento de acercamiento entre los artistas en el que pudieron profundizar en aspectos sobre sus vidas y su particular visión del arte.

En la tercera sesión Mind Revolution  llevó a cabo una grabación de una segunda pieza de 30 m de duración que se generó según los mismos parámetros de correspondencia color-sonido pero a la que se añadieron los elementos sonoros grabados en la sesión anterior. Esta pieza se utilizó en los días sucesivos en momentos de meditación ante la pintura.

La cuarta y última sesión se corresponde con la presentación de la obra al público. La tercera pieza sonora, en directo para la ocasión, incorpora dos elementos nuevos. Por una parte, una sucesión numérica representativa de momentos especialmente significativos en la vida de Rafael que es utilizada como parámetro para la concreción de la duración, ritmo y otros elementos del proceso generativo y, por otra, sonidos presentes en la memoria y los recuerdos de los artistas que surgieron de las conversaciones mantenidas, tales como el de la naturaleza nocturna rememorando los paisajes de la infancia.                                              

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